Me encantan las películas del oeste. En realidad, me gusta todo lo que huela a montaña rocosa, vida dura y personajes solitarios. Por eso llevaba años dándole vueltas a la idea de hacer un tebeo de este género. Normalmente las ideas se quedan en eso. Es fácil sentirse con fuerzas e imaginación suficiente para llevar a cabo todo tipo de proyectos nuevos cuando uno está sentado tranquilamente en una terraza tomándose algo, o tirado en el sofá viendo la película de la sobremesa. Pero lo difícil es ponerse a ello. Bueno, al menos eso es lo difícil en mi caso. Para empezar, no soy capaz de escribir un guión sobre el que luego poder trabajar así que, cuando empiezo algo ¡nunca sé de qué leches va!.Esta vez todo empezó por un bloqueo descomunal. No quería repetirme y trataba de sacar algo en claro de montones de dibujos hechos a la buena de dios, por probar. Así estuve unas semanas. Andaba desesperado y me daba la sensación de ser incapaz de salir bien de esa parálisis. Pero un día, cogí una hoja de un viejo cuaderno y me puse a dibujar, sólo una viñeta suelta. Después de terminar lo entinté muy a la ligera con un rotulador Staedtler del 0,2. Yo siempre he entintado con plumilla, pero me había cansado de su rigidez y estaba probando un cambio. Bueno, la cosa no quedaba mal, pero tampoco sabía si me serviría para algo, así que decidí escanear el dibujo y darle color. ¡Eureka! Así funciona este misterio. Siempre hay un momento en el que todo encaja y sabes que vas por buen camino, y eso había pasado ahí justamente, en la pantalla de mi ordenador.
Concluyendo. Aquí tenéis la que, supongo, será primera página de un tebeo del oeste que espero tenga un buen tocho de páginas. En la historia voy metiendo algún toque fantástico, sombras venidas de otras dimensiones o salidas de algún tipo de acción maléfica de brujería, yo que sé, jejejejeje.
