jueves, julio 30, 2009

EL CARTERO, MOBY DICK y PEDRO ALPERA

Esta mañana bien temprano sonó el timbre de la puerta. En Madrid era normal levantarte con ese sonido pero aquí en el pueblo suena rara vez y siempre me sobresalta un poco. Se trataba del cartero. He comprobado que todas las personas que vienen de correos a traernos algo, son especialmente amables y sonrientes. Creo que, como no sufren el estrés de patear las calles de una gran ciudad -ellos van en coche, recorren poca distancia y siempre hay donde aparcar- se sienten más satisfechos con su trabajo.

Qué sorpresa cuando he visto que se trataba de un envío desde Sevilla a nombre de Pedro Alpera -no dejéis de visitar su blog- y que dentro del paquete iba ¡el Moby Dick de Chiqui de la Fuente!


¡Qué maravilla ver qué rostro le puso De la Fuente al loco capitán del Pequod! ¡Qué entrañable su interpretación del caníbal Queequeg! ¡Algunas páginas son enteramente un único dibujo, como si le hubiera hecho falta mucho más espacio para mostrar el increible tamaño del gran leviatán blanco! ¡Pero todas las viñetas tienen encanto por igual! ¡Es simplemente fantástico! Y más si uno piensa en cuantos niños y niñas pudieron interesarse por el libro de Melville gracias a este hermoso tebeo.

Hace no mucho volví a ver el Moby Dick de John Huston, que me encanta, por mucho que se tome algunas licencias. Por ejemplo, en la novela no es Achab quien acaba enredado en la ballena. Es su adivino. En el tebeo de Chiqui y Carlos R. Soria es uno de los arponeros esbirros del capitán. No importa mucho. Entonces recordé que Eric Rohmer había escrito, en sus tiempos de crítico, en contra de esta adaptación de Huston. Volví a leerme su artículo. Por mucho que adore las películas de Rohmer... ¡qué snob me parece como crítico de cine! ¡Qué presuntuoso! Afortunadamente se puso a hacer películas, que es algo mucho más productivo y respetable. Pero es que a veces el amor por el arte nos vuelve intransigentes ¿Que Moby Dick no es adaptable al cine? Entonces menos aún al cómic... pero ¿qué importa cuando el resultado, aunque mucho más liviano y anecdótico, está lleno de grandes imágenes y ha sido hecho con fuerza, cariño y mucho respeto? Hace poco leí la adaptación de Will Eisner y no puedo decir que sea de los tebeos que más me gusten suyos, pero qué gran tebeo de todas formas, qué hermosos dibujos y qué amor por este maravilloso medio nuestro. Con Chiqui de la Fuente me ha pasado lo mismo, me transmite amor por los dibujos y eso es algo que entiendo y me conmueve.


¡Y todo gracias a este hombre!